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Foto del escritorJorge García García

Récords: de la arena al tartán



Hace un par de semanas, al igual que cientos de salmantinos, me acerqué hasta la Aldehuela para ver los Campeonatos de España de atletismo. No lo hice solo, sino en compañía de mi hijo. Es más, diría que fui yo el acompañante. Hugo, a pesar de tener 4 años, es desde hace dos temporadas un atletilla del CD La Armuña, lo que sirvió para que Ramiro Morán nos hiciera un hueco en la abarrotada pista Carlos Gil-Pérez. En las gradas de la cubierta, junto a los atletas, familiares y entrenadores, asistimos a la carrera más rápida de la historia española de los 400 metros lisos. Óscar Husillos paró el crono en 45.92 y el público enloqueció tras ver como machacaba el récord nacional, el cual llevaba 12 años en vigor. En ese mismo instante, mi hijo me preguntó por el significado de la palabra. Un minuto después, tras explicárselo, le puse dos ejemplos muy claros: «ves a esos chicos —le dije mientras señalaba en el centro de la pista a Ruth Beitia y Ángel David Rodríguez—, pues ellos tienen los récords de salto de altura y velocidad. Verás cómo ganan sus pruebas.» Una hora más tarde, ambos estaban subidos a lo más alto del cajón. De camino a casa, mientras recordábamos los mejores momentos de aquella mañana, me preguntó desvergonzado: «papá, ¿tú has visto muchos récords?» Aunque la respuesta era fácil y sencilla, me puse a repasar mentalmente los récords nacionales que había visto a lo largo de mi vida —casi todos en el Helmántico—. Después, recordé aquellos otros que, aunque no llegue a ver, me contaron mis padres cuando me llevaban a competir al Botánico. Incluso me vinieron a la mente otros, bastante más antiguos, que se ejecutaron en las instalaciones de El Calvario. Con todos ellos en la mente, me convencí de que Salamanca siempre ha sido un lugar fetiche para el atletismo español. Aparte de las mejores marcas mundiales de Sotomayor y Edwards —que aún guardo en la memoria—, en las pistas anexas al estadio Helmántico se han logrado numerosos récords de España. Algunos con el suelo nuevo, de color rojo, y otros con el piso antiguo, el original de 1969, con la pista circular de color granate y la pista para velocidad —paralela— de color azul. En la parte final de este artículo, para los más curiosos, citaremos todos los registros logrados en dicha instalación. Marcas como las de Rosa Colorado, Antonio Sánchez, María Jesús Sánchez o Juan Ambrosio González*. Varios salmantinos, como José Luis Albarrán o Sandra Myers, a pesar de batir varios récords nacionales, no lograron conseguirlo en casa. Quienes sí lo hicieron fueron otros, aunque tiempo después sus modalidades quedaron en desuso. Destacan Ángela Domínguez en 60 metros lisos (7.6 en 1980); Manuela García en 150 metros lisos (18.7 en 1972); Antonio Sánchez en 300 metros lisos (32.5 en 1984 y 32.56 en 1987); Rosa Colorado (42.2) y Marceliano Ruíz (36.8) en 300 metros vallas (ambos en 1981); así como Montserrat Pujol y Rosa Colorado en 600 metros lisos (1.27.49 en 1987). No nos olvidamos de las marcas de José Luis Sánchez Paraíso en 100 metros lisos, quien durante los años setenta —1971, 1973 y 1977— realizó en varias ocasiones 10.3 para superar por una centésima sus propios registros obtenidos, durante 1968 y 1969, en las viejas pistas universitarias del Botánico. El mismo lugar donde María Jesús Sánchez consiguió batir el récord nacional de 80 metros vallas (12.3 en 1966), y donde la selección de Salamanca —Catalina Marcos, María Jesús Sánchez, Rosa Colorado, Esther Vegas— hizo lo propio con el de relevos 4×400 (4:05.6 en 1969). Las instalaciones universitarias del Botánico, en realidad, fueron dos zonas bien diferenciadas. La última y más novedosa, utilizada entre los años sesenta y setenta, poseía un anillo de tartán negro —situada junto a la facultad de Químicas y originariamente de arena— que contaba con campo de fútbol, zonas de saltos y zonas de lanzamientos. Esa mítica pista, en los años ochenta y noventa, se convirtió en el epicentro de las competiciones escolares. Por su parte, las instalaciones primitivas estaban ubicadas unos metros más al norte —en la actual facultad de Historia—. Se trataba de una zona deportiva construida en la posguerra, con un único acceso desde la calle Serrano, que contaba con diversos campos —frontón, pista de baloncesto, pista de voleibol— y con un pabellón cerrado —vestuarios y gimnasio con espalderas— cuya pared exterior tenía unas vistosas columnas de estilo griego que soportaban un frontón triangular dándole al conjunto un espectacular parecido a los templos de la Antigüedad. Llegado el momento, las pistas deportivas, con suelo de arena, se transformaban en improvisadas pistas de atletismo para acoger competiciones de lanzamientos o de velocidad. Con ayuda de la cal, se celebraron allí campeonatos durante las décadas de los cuarenta, cincuenta y sesenta. No en vano, en ese lugar, Sánchez Paraíso logró uno de sus primeros récords de España —los cuales fueron 48—. Pero esa zona universitaria, no fue la inicial. El atletismo salmantino, nacido antes que la propia Unión Deportiva, encontró en el cuartel de Infantería —hoy El Corte Inglés— el lugar donde celebrar sus primeros campeonatos. Corría el año 1922, y allí surgieron las primeras conversaciones para reunir, en un gran club, a todos los deportistas de la ciudad —la mayoría estudiantes y militares—. Un año después, con la creación de la Unión Deportiva Española y la construcción de El Calvario —estadio de fútbol ubicado en la actual estación de autobuses y con instalaciones para el desarrollo de deportes como el boxeo, la gimnasia o el atletismo—, se organizó el I campeonato provincial de campo a través, derivado años después en La Vuelta a Salamanca. En 1924, la Unión ya contaba con diversas secciones deportivas, por lo que decidió realizar un concurso atlético durante las fiestas de septiembre —origen del actual Trofeo Diputación—. Lo hizo en su propio estadio, con la colaboración de los militares del Regimiento La Victoria. Al año siguiente, se celebraron los I campeonatos provinciales de atletismo en pista. Se disputaron en el Stadium Luises, un pequeño campo situado en el actual barrio de Garrido. Hubo dos categorías, absoluta y juvenil, acudiendo a las diferentes pruebas ofertadas —incluida tracción de cuerda— más de veinte atletas. Jesús Oyarbide, soldado de reemplazo y encargado de la sección de educación física del cuartel, ganó la prueba de fondo —5.000 metros—. Ese mismo año de 1925, en Valladolid, también ganó el campeonato de España de cross. En 1926, durante los II campeonatos provinciales, se tomaron por primera vez los récords de Salamanca. Se celebraron en El Calvario, y sobresalieron las figuras de Francisco Vela, en 100 metros; Ramón Martín Barrado, en 200 metros; Turdy, en 3.000 metros; Ramón Unamuno, hijo del escritor, en salto de altura; Sebastián Cucullo, en salto de longitud; Florencio Vicente del Valle, en salto de pértiga y triple salto; además de Fabián Vicente del Valle, probablemente el mejor deportista que haya dado nuestra tierra, en lanzamiento de peso y lanzamiento de disco. Más tarde, Manolo Escudero, fino atleta de los años treinta, batió la mayoría de los mencionados récords. * Los récords de España logrados en el Helmántico, son los de 100 metros lisos de Rosa Colorado (12.1 en 1974), Lourdes Valdor (11.6 en 1980), Yolanda Díaz (11.48 en 1987), Cristina Pérez (11.44 en 1987), Frutos Feo (10.2 en 1996) y Ángel David Rodríguez (10.14 en 2008); los de 200 metros lisos de Antonio Sánchez (20.6 en 1985) y Sergio Ruíz (20.51 en 2013); el de 400 metros lisos de Antonio Sánchez (45.54 en 1985); los de 800 metros de Luis Javier González (1.44 en 1993) y Rosa Colorado (2.01 en 1985); los de 100 metros vallas de María Jesús Sánchez (15.2 en 1969) y María José Martínez (13.5 en 1980); los de 110 metros vallas de Juan Lloverás y Gerardo Calleja (14.0 en 1974) así como el de Javier Moracho (13.5 en 1980); los de 400 metros vallas de Rosa Colorado (1.05.6 en 1973 y 59.6 en 1977): el de triple salto de Juan Ambrosio González (16.92 en 1985); los de lanzamiento de peso de Manolo Martínez (20.27 en 1997 y 21.47 en 2002); los de lanzamiento de martillo de Javier Cienfuegos (76.21 en 2012) y María Dolores Pedrares (57.16 en 1997); el de 10 kilómetros marcha de María Vasco (44.43 en 1997); y los de salto de pértiga de Naira Larrea (3.75 en 1997), Dana Cervantes (4.36 en 2002) y Naroa Aguirre (4.41 en 2003).

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